Agustín Fernández
Danzas místicas
(2006)
i. pruebas de fuego
ii. claro de luna
iii. cambios de forma
En una frase muy citada de Octavio Paz, “el poeta no tiene biografía; su obra es su biografía”, se encuentra también la clave del funcionamiento de muchos compositores. Es difícil no experimentar el trabajo creativo como una especie de alquimia que convierte las experiencias de la vida real en música. Así lo experimento yo, y esta obra es un ejemplo claro.
El primer movimiento, titulado “pruebas de fuego” rescata ideas de mi obra Fuego (1987), llevándolas en una dirección muy distinta. El fuego de 1987 era opresivo y político, mientras que el fuego de Danzas místicas es un fuego que envuelve, prueba el temple, destruye lo débil y consagra lo fuerte, transforma y da energía.
El segundo movimiento, “claro de luna”, refleja musicalmente la luz ardiente y al mismo tiempo helada que arroja la luna sobre la noche, produciendo una quieta efervescencia de voces y presencias que casi siempre callan, pero cobran vida en luna llena.
“cambios de forma” se basa en transformaciones del material anterior. Con intención sinóptica, las ideas que primero fueron violentas y luego nocturnas, ahora se resumen, se comprimen y se reciclan con un carácter de celebración de la energía obtenida.
La obra fue encargada por Northern Sinfonia y estrenada por esa orquesta, bajo la dirección de Thomas Zehetmair, en el Festival de Huddersfield de 2006.
© Agustín Fernández 2010
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