Monday, 4 August 2014

Arreglos bolivianos


Arreglos bolivianos
(2014)

Toda composición es un diálogo; para entenderla mejor conviene saber quiénes son los interlocutores. En el caso del arreglo creativo - y todo arreglo lo es - el diálogo es quizá más rico y más complejo de lo normal, ya que se trata de material preexistente trabajado de una manera nueva. Los autores del material original intervienen en la conversación, como intervienen algunos de los personajes a quienes el material viene asociado, por ejemplo sus intérpretes más conocidos. Veamos.

Está Ana-Maria Vera, instigadora de este proyecto, que fue quien abrió el diálogo y con quien sostuve muchas conversaciones, habladas y escritas, sobre el material que convendría elegir.

Está Jaime Laredo, a quien casi todos conocemos sólo de lejos pero hemos reverenciado toda la vida. Y está su bella y superlativamente talentosa esposa Sharon Robinson, otra fuente de inspiración duradera.

Están los jóvenes músicos de esta, con algunos de los cuales he trabajado en proyectos anteriores. Conozco su capacidad y sus aspiraciones. Su participación es central en este diálogo; sin saberlo ellos me han dicho qué escribir, y cómo, así como yo les digo qué tocar, y cómo. 

Pese a ese conocimiento previo, que es parcial, he necesitado orientación en cuanto a la conformación exacta de esta agrupación, y las características de sus distintas secciones. Armando Vera, director de la orquesta, me ha orientado con paciencia, exactitud y entusiasmo, demostrando generosidad, amor y entrega a su trabajo.

Están los autores de estas bellas melodías y sus letras. Al relacionarme con su material les rindo homenaje y les doy las gracias en nombre de todos los que disfrutamos el aporte que nos han dejado.

Están los géneros - la cueca, el taquirari y el huayño - y el reto de reproducirlos con una orquesta de cuerdas de manera fidedigna pero también personal. El problema de la fidelidad es el más espinoso. Éstos son ritmos de danza, habitualmente propulsados por el motor inconfundible de rasgueos específicos en guitarra y en charango. ¿Cómo lograr esa propulsión con instrumentos de  arco, monofónicos, a los que que el hábito del oyente asocia con la música clásica?

Están las ciudades a las que se refieren estas canciones. Son mis ciudades - y yo de ellas - y ésta ha sido una oportunidad para escuchar lo que me dicen, y responderles. El diálogo es con su ambiente, sus calles, sus paisajes y por supuesto sus habitantes.

Por encima de todo está Bolivia, la voz predominante. Ella nos habla, nos grita y nos susurra todos los días de la vida. Cuando uno está lejos esa voz se vuelve interior, pero no por ello se hace menos audible, ni menos persistente.

Collita
Taquirari de Fernando Román Saavedra
El tono de la letra descarta la posibilidad de un tratamiento orquestal de registro épico. Este arreglo se concentra más bien en los matices de intimidad y ternura hacia la mujer paceña, y en el problema de cómo orquestar el ritmo inimitable del rasgueado de taquirari. La archipopular versión de Wara me dio la idea de un preámbulo instrumental simple en lugar de una introducción melódica. La verdadera introducción ocurre después, a manera  de interludio antes de la segunda ronda.

Viva mi patria Bolivia
Cueca de Apolinar Camacho
Esta cueca no necesita presentación. La cueca, en general, como forma orquestal, tal vez sí. No hay muchos precedentes de la reproducción del ritmo y género de la cueca con instrumentación clásica. Las cuecas para piano de Simeón Roncal (1870-1953) son un ejemplo digno de estudio. En mi arreglo evoco la tradición de las bandas, sobre todo en la introducción. 

Viva Cochabamba
Huayño de José Ferrufino Toranzos
En este caso el diálogo no es sólo con una materia prima de melodía y letra, sino también con el arreglo de Los Kjarkas, ya inseparable de este huayño en la consciencia popular. En el nuevo arreglo, momentos fugaces de reflexión aluden a figuras cruciales que hallaron su cuna o su tumba en estos valles aguerridos. 

Pensando en ti
Taquirari de Nicolás MenachoPocos han conseguido captar y expresar el alma cruceña con la claridad y profundidad de Nicolás Menacho. Sus taquiraris son de lo más exquisito que ofrece la música boliviana. Pensando en ti siempre me ha parecido uno de los más perfectos. Lo arreglé hace muchos años para orquesta de cuerdas, a pedido de Rogers Becerra para algún proyecto suyo. Lo vuelvo a arreglar ahora para estos tres artistas extraordinarios, con gran admiración por ellos, y con la intensidad de un mundo de recuerdos de mi infancia montereña.  

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